Tres hombres desarmados fueron confundidos con los asaltantes en la ciudad de Gardenia, en Los Ángeles.
La grabación captada por las cámaras de las patrullas fue difundida esta semana, luego de que un juez federal determinara que las grabaciones eran de interés público.
El video muestra a un hombre de 35 años, Ricardo Díaz Zeferino, desarmado, siendo enfrentado por la policía, que le dispara y lo mata.
La ciudad resolvió compensar con US$4,7 millones a la familia.
Nunca se presentaron cargos contra los policías.
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Lo del caso de este joven se puede considerar como “fusilamiento”. Observen el video y dense cuenta de que no se le veía arma en mano, ni se resistió al arresto, porque no tenía por qué. Solo esperaba que la policía le ayudara a recuperar su bicicleta.
Los policías participantes en este crimen sin nombre, siguen “patrullando” las calles, y pobre el otro de las minorías que se le cruce en el camino y nada más le huela a sospechoso.
Sí que pagan indemnizaciones a los familiares de los asesinados en algunas ocasiones, pero con el dinero del pueblo, lo que aportan al presupuesto de la ciudad los contribuyentes. No sería nada malo que ese dinero con que la ciudad se ve forzado a pagar indemnizaciones se lo sacaran del bolsillo, de sus cuentas bancarias, de sus sueldos o pensiones, del embargo de sus casas, carros o cualquier otra propiedad, que dañaría a sus familias sin dudas, pero ellos dañaron con sus bárbaras acciones a familias inocentes también, que no tenían por qué estar doliéndose de la pérdida de un ser querido. Si fuera así, esos “gatillos alegres” que no piensan antes de disparar, lo pensarían varias veces antes de desenfundar sus armas de fuego y tirar a matar.